El Sistema Operativo

Así como tu genética se expresa según tu entorno y decisiones individuales; tu forma de Ser se expresa según tu rutina.

El hombre si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro.” Santiago Ramón y Cajal.

La neuroplasticidad, es la habilidad del futuro. Es la capacidad que tenemos de desconectar redes neurales que no nos sirven, y conectar y crear redes neurales a propósito, hoy sabemos que lo podemos gestionar y que no estamos condenados a vivir con el cerebro que nacemos: podemos cambiarlo, podemos construirlo.

Esto significa que el cuento que te cuentas determina tu YO, tu narrativa determina tu personalidad. Todo comienza con tu historia, si dices “no puedo” o “no soy lo suficientemente bueno”, ni siquiera intentas los primeros pasos.

¿Cómo entrenar esa transformación?

A través de tu sistema reticular (SRRA), tu cerebro filtra la información y se enfoca en lo que considerás importante.

  • Si te hablás con desconfianza, sólo vas a ver límites.
  • Si te hablás con amor y confianza, empezás a encontrar caminos.

El cerebro te muestra lo que tu corazón desea.

Clave del Éxito: la diferencia entre intentar y lograrlo

La ciencia descubrió que lo que distingue a las personas que logran lo que se proponen no es por sus capacidades o su genética, sino por la fuerza de su GRIT.

Grit es un término popularizado por la psicóloga Angela Duckworth, quien luego de estudiar a quienes conforman la élite de la población; observó que lo que hace grandes a los que alcanzan los mayores éxitos no es su talento innato, sino su nivel de compromiso, disciplina, capacidad de adaptación y perseverancia.

Nadie creerá en Vos hasta que (Vos) no lo hagas. Luego, el mundo cambia en respuesta a tu comportamiento

¿Cómo se cultiva ese nivel de compromiso?

Protocolo de Implementación de Hábitos

1. Decisión: pequeñas mejoras diarias, sostenidas en el tiempo.
2. Voluntad: no es innata, se entrena con repetición.
3. Recuperación: descansar también es parte del plan.
4. Recompensa: motivación emocional a largo plazo.

La pasión a largo plazo es más que entusiasmo momentáneo: es esa fuerza silenciosa que te sostiene cuando aparecen los fallos, la resistencia o el cansancio. No se trata de hacerlo perfecto, sino de recordar para qué empezaste. La pasión actúa como una brújula interna: te alienta cuando dudas, te reorienta cuando te desvías y te impulsa a seguir incluso cuando no tienes ganas.

Cultivar hábitos no es una cuestión de disciplina en sí misma, sino de conexión con aquello que verdaderamente te importa.

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